Cuando hablamos de democracia nos referimos a un sistema político y de organización del estado. Así como a una forma de convivencia entre los seres humanos. En cuanto a sistema político y de organización de estado, la democracia tiene caractarísticas primordiales: la distribución equitativa del poder, el reconocimiento de las necesidades y los intereses de mayorías y minorías , la participación ciudadana organizada en la toma de decisiones , la práctica de una ética sustentada en valores, la vigencia del Estado de Derecho, el cumplimiento de responsabilidades y deberes, las elecciones libres, la transparencia en el ejercicio de la delegación de autoridad, entre otros.
En cuanto estilo de vida, la democracia presupone la vigencia de los derechos humanos y la construcción de relaciones de justicia y solidadridad que faciliten la libre determinación de las personas, los grupos y los pueblos.
No obstante, para los maestros, las maestras y la mayoría e los ciudadanos, la palabra democracia es poco clara. Para algunos es sinónimo de caos, desorden, anomia; para otros carece de valor, por que la identifican con lo que viven, esto es con corrupción, poder absoluto de unos pocos, miseria, entre otros. Es difícil hablar o pensar acerca de algo que no conocen ni han conocido en toda su vida y es aún más dificil defenderlo. Ese es el motivo por el cual en nuestra práctica con líderes sociales o maestros resulta mucho más sencillo tratar el tema de los derechos humanos que el de la democracia, a pasar de todso el trabajo desplegado y de las experiencias micro que han sido relativamente exitosas, sobre todo de las organizaciones y los gobiernos.
¿Cómo impulsar los esfuerzos a defender la democracia y los derechos humanos, así sean insipientes? ¿Es factible revertir las experiencias, a veces desalentadoras, para ayudar a los ciudadanos a realizarse y humanizar la escuela , la educación, la familia, el trabajo, la calle y la casa hasta transformarlas en ámbitos de construcción de una cultura en defensa de los derechos humanos?.
la escuela, la familia, las organizaciones... como partes de la sociedad, la reflejan pero al mismo tiempo pueden introducir elementos de cambio, porque crean y recrean la cultura.
No olvidemos que la relación escuela-familia-organmización-sociedad es dialéctica.
El defender la democracia y los derechos humanos , no en mera téoría , sino en práctica cotidiana, exige que las instituciones educativas, definan su quehacer, que tengan una concepción del ser humano, de la sociedad y de su función educadora, en suma que coadyuven a fortalecer la esperanza de una sociedad justa y más humana, que apoyen proyecyos comunes, en los cuales las personasaprendan a vivir juntas como sertes dignos promuevan espacios de entendimiento mutuo en los que las personas adquieran un auténtico sentido de responsabilidad de sí mismas y de los demás, reconociendo y aceptando las diferencias.
por: Alexander A. Velásqeuz C.
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