miércoles, 7 de mayo de 2008

REALIDAD DE LOS DERECHOS HUMANOS EN COLOMBIA

REALIDAD DE LOS DERECHOS HUMANOS EN COLOMBIANA

Desde hace tiempo atrás Colombia ha sido una comunidad netamente católica donde se nos ha inculcado los valores espirituales, morales y religiosos, sin embargo se violan constantemente debido a las modificaciones de las leyes políticas, donde cada quien opta por lo más conveniente para su propia persona y no para la sociedad en general, ha pesar que la iglesia ha sido una ferviente defensora y orientadora de los derechos humanos y de la integridad de alma y cuerpo de la persona.
Partiendo de la enseñanza de la iglesia, esta nos ha infundido que el hombre ha sido creado por Dios como unidad de alma y cuerpo nunca se tiene en cuenta que debe honrar a su propio ser, como criatura de Dios que ha de resucitar en el último día, por que cada vez el ser humano tiende a valorarse y ha respetarse menos, lo cual hace que cada día la sociedad se vea más afectada por ello.
Por ende los derechos del hombre se ve contradicha por una dolorosa realidad de violaciones, guerras y violencias de todo tipo: en primer lugar los genocidios y las deportaciones en masa; la difusión por doquier de nuevas formas de esclavitud, como el tráfico de seres humanos, los niños soldados, la explotación de los trabajadores, el tráfico de drogas, la prostitución: También en los países donde están vigentes formas de gobierno democrático no siempre son respetados totalmente estos derechos.
Colombia ha sido uno de los países más golpeados por la violencia de la cual tenemos que ser testigos día tras día, en medio de tanta confusión y desolación siempre se encuentra una luz que trata de ayudar a subsanar los daños causados por la imponente guerra, la iglesia y su doctrina, esta siempre ha estado y estará presente con el apoyo incansable de su mensaje evangelizador que Dios dejo a la humanidad, para que sea tomado como soporte y fundamento, para que vivan y se respeten plenamente los derechos de toda persona, ya que estos son la base para la formación íntegra del ser humano en alma y corazón, pues es de esta manera, respetándose y viviendo los derechos plenamente, es como se puede garantizar un ambiente adecuado para la transformación y realización del hombre como obra divina de Dios.
Pese ha esto prevalecen las ideas políticas y económicas creadas con fines personales; pisotean despiadada e inhumanamente los derechos y la integridad del individuo, ocasionando daños físicos, psicológicos, morales, religiosos, intelectuales y personales en el núcleo familiar y en la sociedad en general, causando así un desequilibrio cultural y social, en la cual se ve estancado el desarrollo y el progreso de nuestro país.
Existe desgraciadamente una distancia entre lo escrito y los hechos que muestren su cumplimiento a los que se ha tributado frecuentemente un respeto puramente formal. La doctrina social, considerando el privilegio que el Evangelio concede a los pobres, no cesa de confirmar que los más favorecidos deben renunciar a algunos de sus derechos para poner con mayor liberalidad sus bienes al servicio de los demás y que una afirmación excesiva de igualdad puede dar lugar a un individualismo donde cada uno reivindique sus derechos sin querer hacerse responsable del bien común.
La Iglesia, consciente de que su misión, es esencialmente religiosa, incluye la defensa y la promoción de los derechos fundamentales del hombre, estima en mucho el dinamismo de la época actual, que está promoviendo por todas partes tales derechos. La Iglesia advierte profundamente la exigencia de respetar en su interno mismo la justicia y los derechos del hombre.
Para concluir se pude afirmar que la iglesia ha sido y será una incansable defensora de la integridad de la persona y los derechos humanos.

« El anuncio es siempre más importante que la denuncia, y esta no puede prescindir de aquél, que le brinda su verdadera consistencia y la fuerza de su motivación más alta ».

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